Augurios del alma. 

Criaturas cuadrúpedas que habitan las inhóspitas montañas de la cordillera. Se caracterizan por su pelaje tupido, que les facilita el camuflaje y la supervivencia en las bajas temperaturas de la región. 

Tienen patas fuertes, con tres dedos en las traseras, para impulsarse por los caminos, y dos más grandes en las delanteras, para alzarse en dos patas y enfrentarse con los de su especie u otras criaturas. Llegan a medir hasta dos metros de alto en cuatro patas.

Cuentan con vista periférica, un gran olfato y orejas grandes alzadas, que giran 180° y les facilitan la percepción de sus alrededores. Las hembras suelen ser más grandes que los machos, pero comparten las mismas características físicas y de color en el pelaje. 

Se comunican a través de sonidos agudos y aullidos cortos. 

Se sabe que son territoriales y se mueven en camadas pequeñas, conformadas por la pareja de padres y sus crías. Se tiene poca información sobre sus hábitos, por su buen camuflaje y lo inhóspitas que son las montañas, pero se cree que duermen en cuevas y tienen una esperanza de vida de aproximadamente 50 años. 

Por lo general son animales difíciles de avistar, por lo que se cree que si se ve a uno, puede augurar un incremento de magia o saberes que el alma entiende, y la mente desconoce. 

Costumbres a su alrededor

Se tiene la creencia de que ver a una es un augurio de nuevos saberes, por lo que suelen asociarse con el Loto de la Montaña.

Aparición en la saga

Aun no hacen aparición.